La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








martes, 21 de septiembre de 2010

Corre, que te pisas.

"Quieta"
Me gusta escuchar esa palabra de mis labios... El ser capaz de pronunciarla ya es un paso para conseguirlo.
En el reloj de la impaciencia, las horas que marcan son los minutos. Y los minutos marcados ya pasaron como segundos.

Por correr, por querer vencer al tiempo, creé este mundo de falsos saludos, de miradas huidizas y de sonrisas dibujadas sobre un papel mojado...

Por querer arreglarlo, forcé el trascurso normal de los días... Lo siento...?

Es que tengo prisa... Tanta que aún no habiéndome levantado ya quiero echar a correr...
Corre, corre, que te pisas.
Ponte la meta más allá de donde puedas llegar... y esfuérzate. Puede que no llegues a ella, pero habrás recorrido un largo camino y podrás sentirte orgulloso.

Alguien importante se dejó caer por aquí y susurró: quien hace puede equivocarse. Quien nada hace ya está equivocado.
Las libélulas me lo susurraron y sonreí.

He corrido demasiado, toca descansar. Toca seguir viviendo a un ritmo al que mi corazón no se ahogue con sus propios latidos.
Llegué antes de la hora acordada y tendré que "esperar" por si te pasas por aquí.
Y puede que... tú llegues demasiado tarde.

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