Las personas somos cuerpo y alma. ¿Y tú?
Yo tengo ojos para mirar, labios para suspirar, piernas para moverme...
Tú no tienes piernas y aún así pasas por delante de mis ojos en lo que dura un suspiro de mis labios.
No tienes con qué, pero caminas y corres a tu gusto. O eso nos haces creer.
Según el Sistema Internacional, te mides en Segundos (s). 60 Segundos son un minuto. 60 minutos son una hora. 24 horas son un día y siete días son una semana. También 30 o 31días son un mes. A veces incluso menos. 12 Meses son un año. Y eso son 365 días, o 366 en los años bisiestos. Y eso es lo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa alrededor del Sol. Y eso es un año. Pero es un año terrestre. Un año no dura lo mismo aquí que en Marte, ni que en Mercurio... Y me pierdo más allá del planeta azul...
Entonces, 5 años terrestres son un Lustro... Dos lustros son una década... Pero también existen los siglos, los milenios, las eras y los períodos...
Tonterías, todo esto son simples tonterías inventadas por el hombre... Y unas manecillas de un reloj que giran y giran y pasan una y otra vez por el mismo punto, sin ser el mismo que ayer, sin ser el mismo que mañana.
Yo prefiero medir el tiempo por un hielo que se derrite, una llama que se apaga (o que se enciende), un azucarillo que se disuelve en el café, lo que dura un abrazo, un momento de descanso mientras sopla el viento, un pararse a quitarse los zapatos, un "ya voy", una vida o dos, un beso fugaz en un adiós y un beso apasionado en un "quédate", una caricia o un golpe, una rápida despedida en la estación, un efusivo saludo, un hola-adiós que no coinciden... También son tardes de lluvia en un sofá viendo una película, o mañanas soleadas paseando por la ciudad...Noches desveladas a la luz de la Luna y días de sol. Lo que dura una amistad, lo efímero de un amor de adolescentes... Una ausencia que pesa... Una compañía que aligera...
Lo que dura una sonrisa y lo que dura un llanto... unos latidos de corazones...
Es cierto, según los científicos un llanto es más largo que una sonrisa... Pero ¿no es mucho más importante lo que dura una sonrisa sincera, por milésimas que sean, que un llanto que dure horas?
No entiendo cómo te mides, Tiempo.
Y tampoco entiendo cómo te deslizas por nuestra piel... pasas y haces arrugas, ¿pero cómo? Y consigues que caigan las hojas... y que la nieve se derrita y que las flores crezcan en los jardines (o que no lo hagan)
Y juegas a hacernos creer que la diversión dura un instante y la tristeza, una eternidad. No eres justo. Pero, ¿cómo podrías serlo? Si ni siquiera tienes sangre... Quizá es que no eres nada (y todo a la vez)
Después de toda esta reflexión sólo tengo algunas conclusiones... Sigo sin conocerte, pero sé cómo tratarte.
Si caminas arrastrando los pies mientras estoy triste, llenaré mis horas vacías de objetos inútiles y me preocuparé por ellos, porque no me apetecerá preocuparme por las cosas realmente importantes. ¿Y qué más da? A ti no te importa con qué te llene.
Y si corres mientras estoy feliz, me contentaré con la fugacidad del momento. Y querré más y más, y me servirá para ser aún más feliz la próxima vez que te disfrute.
No sé qué eres. Ni qué quieres. Pero traes contigo el olvido y tengo que luchar (o no) contra él. Eres tanto aliado como enemigo.
Pero sobre todo... enseñas lo que es la paciencia.
Tic-Tac.
Hora de soñar.
pero más importante aún.
Tic-tac.
Hora de seguir viviendo.
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