Siempre te faltaron un par de huevos (y algo más) para aguantar mi mirada.
Esperaste a que yo abriera la boca porque no podías mover la tuya y ahora huyes de mis palabras.
Querías que yo lo dijera por ti. Bien. Tendrás que escuchar hasta el final.
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Y en el momento de la verdad, me di cuenta de que ya ni siquiera me quedaban palabras para ti.
Ni siquiera odio para ti.
Nada para ti.
¿Será que dejaste de existir?
Dos extraños. Sin retorno.
Coloqué aquel clavel sobre el mármol frío.
Silencio.
Este San Valentín habrías cumplido dos años... Pero hace ya tiempo que dejaste de vivir.
Feliz no aniversario, ángel.
Que tal, cómo estás.
ResponderEliminarMe pregunto si es acaso el amor tan volátil? Pues a veces parece que sí, por crisis, por desgastes y demás, se vuelve inconsistente y no sabe más que desaparecer, no más que perecer.
Hasta pronto, que tengas un lindo día.
=)