Lo has intentado ya varias veces y no ocurre nada. Lo único que consigues es hacerte daño.
Quizá sea hora de dejar de rumiar ese cadáver. Deja de masticar las palabras vanas y trágalas de una vez.
Si ya no recordabas qué te hacía tanto daño, ¿qué necesidad tienes de desenterrarlo y sacarlo de la tumba?
Sé que está muerto. Pero es que no quiero un cementerio de sentimientos ahogados dentro de mí.
Esta obsesión por los detalles... me llevará a la perdición.
Sí, quizá sea hora de olvidar la tragedia de algo que nunca se creará.
¡Rumiantes del cementerio de las palabras que nunca dijimos; los muertos, a sus tumbas!
Pablo Neruda. Si tú me olvidas.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario