Respiraciones acompasadas y un tiempo que, para nosotros, fluía demasiado deprisa.
Y ahora te tengo aquí, o me tienes ahí, -qué mas da; nos tenemos, como tú dirías.- unas terribles ganas de protegerte. De envolverte en una burbuja permanente donde nadie pueda hacerte daño. Donde te olvidaras de tus problemas (y de los míos, que haces tuyos al fin y al cabo)
Que no supieras lo que significa el dolor. Ni el tiempo. Ni las despedidas.
...
Protegerte de todo eso. Protegerte incluso de mí misma.
¿Cómo diantres supiste que lloraba, si ni siquiera mostré mis lágrimas?
¿Y por qué siempre estás aquí?
...........
Porque tú quieres.
Sí, porque yo quiero.
Porque te quiero.