Los desamores, como los coleccionables por fascículos, se amontonan en los quioscos cuando llega Septiembre.
Y esta vez les ha llegado a ellos, y a ellos otros también.
"Eso fue hace 20 años... Y ahora, de nuevo. Por una tercera persona. Y yo no sé...No sé..."
"Que ya no estamos. Y en parte fue culpa mía y en parte, las circunstancias"
Ver cómo la inevitabilidad del destino se desliza entre sus dedos, sin poder hacer nada por cambiar la situación. Ver cómo se cuela hasta las profundidades, parasitando -entre los que creían fuertes- ladrillos que sostenían su hogar.
Y no poder hacer nada... No poder hacer nada porque es cerebro quien rige, que corazón ni siquiera tiene palabras bonitas para decirle.
Ahora les ha tocado a ellos y soy yo la que sentada en mi sofá azul, sólo puede observar cómo todo se descompone en piezas minúsculas, vacías de alma. Vuelven a volar trozos por todas partes. Qué impotencia, esa de no poder evitar nada.
Sus palabras salían de su boca, pero yo sabía que provenían de mucho más adentro. De un lugar ahora en penumbras, donde sólo quedaban escombros. Sus manos temblaban y su mirada huía. Hablaba de "ella" y de otra "ella" Una nueva "ella" Y se me mezclaron los pronombres en el pecho. Por un lado rechazando, por otro lamentando, y más allá la echaba de menos, que más acá sé que tampoco es decisión mía... Vaya embrollo...
Cuando ya no queda más de esto, cuando se borraron los sueños, el futuro, queda un espacio en blanco que hay que ir llenando poco a poco. Simplemente espero que todos se recompongan parte a parte, con todos sus trocitos.
Por fascículos, como las colecciones de Septiembre...
Sentimientos transformados en palabras que fluyen como la sangre de las heridas. Sentimientos transformados en palabras que se deslizan silenciosos como lágrimas caídas. Sentimientos transformados en palabras que hacen al corazón palpitar, a los labios sonreír, a las manos temblar... Sentimientos transformados en palabras
La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío
En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre
En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku
~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem
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