Sí, he conocido al amor verdadero, a pesar de mi corta edad... O quizá debido a ella.
He comprendido por fin lo que significa amar... por fin... Amar...
No sé si es por mi escasa experiencia o por las pocas primaveras transcurridas en mi estrella... O puede que esto le pase igualmente al resto de los mortales, independientemente de su condición; pero ahora que por fin lo entiendo en todo su ser, ahora que por fin comprendo su tamaño... ahora, me siento abrumada.
¿Cómo definiría yo al amor? Es algo... grande, muy grande, realmente grande ¡Inmenso! Es... que tú y yo ya no somos tú y yo; somos nosotros. Es que nuestras vidas son, ahora, sólo una.
Cuando por fin descubres eso, comprendes el secreto del amor, sus dimensiones. ¿El secreto del amor? El secreto del amor es que no tiene extremos. Es, y mires donde mires, sigue siendo: ahí y allí también, incluso más lejos. Lo abarca todo, sin límites, como el universo, infinito. Lo curioso del amor es que no puedes conocerlo si no es sintiéndolo. ¡El gigantesco universo dentro de tu cuerpo, en continua expansión! Es así como el amor está presente dentro de todas las personas que tienen la suerte de amar: se expande más allá de sus propias lindes, ensancha y te hace grande, sin importar tu longitud o tu estatura.
Ahora que he descubierto sus intimidades más exclusivas, ahora que he desnudado con palabras a ese ser... ahora que conozco su esencia, me siento infinita yo también. Infinita y eterna en este instante.
Es eso, el amor. Más que una respiración acompasada, más que unos ojos reflejados en otros, más que tú y yo... Nosotros.
Un universo entero latiendo dentro.
Sentimientos transformados en palabras que fluyen como la sangre de las heridas. Sentimientos transformados en palabras que se deslizan silenciosos como lágrimas caídas. Sentimientos transformados en palabras que hacen al corazón palpitar, a los labios sonreír, a las manos temblar... Sentimientos transformados en palabras
La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío
En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre
En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku
~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem
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