Un reloj de arena sin arena, de tiempo sin segundos que contar.
Vacío una sonrisa hueca al vacío, que resuena en la habitación y ni siquiera se burla de mí, porque no está.
Desespero mientras (te) espero en mi sofá. ¡Es la presencia de tu ausencia! Pero yo no tengo derecho a pecar de impaciencia (al menos, no contigo).
Así que continúo llenado mis horas vacías de nada...
Con palabras pintadas de azul hoy envío a tu paraíso aliento para tu alma…
ResponderEliminarTambién pensé llenarte de lluvia los rincones, pero no quiero que te mojes los pies y dejes huellas que sólo indiquen un camino…
Hojas secas era otra opción, pero son fáciles de pisar, no llegarían a tu oído…
Susurros o gritos, mensajes en una botella, una carta de aquellas con sello, humo tal vez…
Decidí que lo mejor serian mariposas, así llegan y vuelven, pero al atraparlas entre tus manos, perderían su color…
Son solo palabras pintadas de azul.
No las pinches con un alfiler, no les arranques las alas, no encierres su vuelo en tu paraíso… solo palabras.
¿Aprendiste ya a escucharlas?... sólo pretendí llenarte un instante de azul… a juego con tu amigable sofá
Me encantó!!! La presencia de la ausencia en cuantos corazones ha marcado asistencia!... y cuántos relojes de arena o de flores habrán sido compañeros perfectos para quienes, en la espera se quedaron sin tiempo!
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