Nuestros desayunos juntos, nuestras peleas con lanzamiento de tetrabrik de leche incluido... No podía no derramar la leche. Risas, bromas, más risas y besos fugitivos.
"Maltratarte física y psicológicamente" con insultos que no entiendes... El beso con el que hacemos las paces.
Ver una película "para llorar" y llorar, sólo yo. Sentirme terriblemente estúpida por ello. Que beses mis lágrimas y que sepan saladas.
Besos y abrazos, ropa repartida por todo el piso, también los calcetines.
Gracias por romper esa dañina manía que había arraigado en mí últimamente, esa de usar la ducha para llorar.
Fideos chinos para comer, coordinación en la cocina y sustracciones ilegales de plato a plato, sonrisas y quedarme embobada viéndote comer, simplemente.
Dormir abrazada a tu cuerpo, entrelazando nuestros sueños por contacto físico. Espasmos. ¿Con qué sueñas, ángel? ¿Tienes pesadillas? Aquí estoy, ¿me respiras? Volver a hundir mi cara en ese hueco que tienes reservado para mí, entre tu hombro y tu cuello, sobre tu pecho.
Perderme en los grumos de tu taza de cacao. Galletas oreo, y pensar que de pequeños no nos gustaban. Confidencias reveladas. ¿Por qué tú y no otro?
Cartas. Digas lo que digas,no ganaste. Detuvimos el juego y aunque ibas ganando, podría haber pasado cualquier cosa.
"Bésame. Milady"
Apurar la pasión en los últimos dos minutos.
El autobús se aleja y tú aún no te has sentado, como de costumbre.
La sonrisa con la que regreso a casa cada día tras haber invertido mis segundos en ti.
Merece la pena despertarse cada mañana por esto.
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