La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








jueves, 11 de agosto de 2011

La ducha

La ducha se ha convertido en un lugar demasiado frecuente en el que llorar. Y el agua ardiendo, como siempre.
 Una gota que se evapora en un instante justo antes de tocar mi piel.

Es el único lugar en el que nadie podría distinguir una lágrima del resto del agua, porque antes de poder verla, ya se habría esfumado por el desagüe.

Plic, ploc. Abrió el grifo.

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