La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








miércoles, 28 de diciembre de 2011

Hay... ¿amores?

Ella hablaba y yo la escuchaba. Se la veía feliz. Entonces pensé "qué amor tan puro... Su amor, a diferencia del resto de los amores, no necesita la parte carnal... ¡Qué amor tan perfecto!"

Y sin embargo ahora ni siquiera puedo aplicarle el sustantivo "amor". Yo siempre entendí el Amor como el deseo de que el otro alcance su máxima plenitud, es ponernos al servicio de la felicidad del otro, ante todo, sobre todas las cosas, sobre nosotros mismos.
Y esto que ella me contaba no era ni mucho menos la definición que yo tenía aprendida. Y pienso "¿no será más bien el deseo de sentirse deseada?" 

Querida S, mi querida S... Ojalá aprendas pronto a mantener el equilibrio al caminar sobre el bordillo.


Lo más lejos de querer hacerte daño,
te estima
una libélula.

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