O el fuego, caliente...
Las estrellas permanentes en el cielo.
Por muchas hojas de árbol que caigan, hay cosas que nunca cambiarán. Inmortales, eternas...
Olvido mi humildad un momento para atreverme a decirlo... Por que si no ahora, ¿cuándo?
Y es que tengo la sensación de que esto que siento se extenderá en la eternidad.
Quédense nuestros nombres grabados en el cielo.
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