La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








jueves, 26 de agosto de 2010

Escribe...


Escribe... escribe y deja que las palabras fluyan al igual que la sangre que derraman tus heridas cuando te arrancas las espinas...
"Se va... Se marcha... de hecho, lo hace justo ahora...
Si supieras cuánto deseo correr tras de ti, cuánto necesito que me veas perseguirte hasta el fin del mundo... que sepas cuánto te quiero....
como si algo de eso sirviera para hacerte parar, bajar de esa bici y volver junto a mi. Justo donde yo estoy.
Gritarte. Gritarle al mundo.
Te odio. ¿Cómo tienes tanta cara de hacerme volar hasta el cielo para luego soltarme como lo has hecho? ¿Cómo puedes ser tan cruel? ¿Cómo no se te rompe el corazón?
Y lloro... pero sé que mis gemidos no llegan hasta tus oídos. Aunque estás en la acera, justo enfrente, ya andas muy lejos de mí. Tanto, que por mucho que corriera a tu lado, seguiría separándonos una galaxia entera...
Irónico, creía ser la princesa de tu sistema solar...
Y sigo llorando...
-¡Quiero correr a su lado para agarrarle y que no se vaya!
-¿Y tu dignidad?
-¡Quiero correr!
-¿es que no te quieres ni solo un poco?
-¡Quiero correr!
-¿Tan bajo vas a caer? Idiota
-Quiero correr...
-Idiota...
-Idiota...
Y ahí me quedé... Podría decir que venció mi orgullo... Pero también podría decir que mi cuerpo se negaba a aceptar otro "ya no siento lo mismo por ti" de sus labios.
Quizá fue eso... Quizá mi corazón estaba tan dañado que se negó a llevar sangre a las piernas para poder avanzar. Sí...
Y llorar... Quieta....
Y odiar al el mundo.
¿Cómo es posible que el viento siga soplando? ¿Que las hojas sigan cayendo? ¿que los autobuses sigan pasando? Tanta gente con su indiferencia dentro... me dan ganas de vomitar...
¡Que se pare el mundo! ¡Quiero bajarme!
Pero nadie dice nada... nadie tiene las palabras para remendar estos destrozos que me dejan tu caída.
Sigues alejándote... Y de repente te giras.
¡Nuevas esèranzas! ¡falsas esperanzas!
¿Cómo te has atrevido a volver a hacerme eso? ¿Cómo te atreviste a regocijarte hasta la médula en esa agria despedida tuya! ¡te revolcaste en tus palabras como los cerdos en los charcos de barro!
¿Cómo te atreviste a mirar mis lágrimas?
Al igual que un asesino mira la sangre de su víctima derramarse por el suelo...
Al igual que un niño sin escrúpulos mira el cadáver de un pajarillo al que acaba de apedrear...
Y más tarde... ¿Cómo pudiste volver la cara hacia delante y dejarme así?
Ya estás lejos... Mi llanto ahoga el odio que siento por ti... y el odio que siento por mi... de ser sólo un pájaro muerto en la acera...
Unas fuerzas ajenas a mi cuerpo me hacen avanzar adelante... paso tras paso... ¿A dónde voy? Estaba claro que te había mentido... No iba en la misma dirección que tú ni mucho menos... Fue sólo una excusa más para escuchar de tu boca que ya no me quieres... que no te lo ponga más difícil, que se acabó...
Para terminar de acuchillar cada una de las esperanzas que crecieron en mí como malas hierbas en un jardín seco de invierno.
Para emborracharme del amargo sabor de tus palabras. Para reírme de mí misma. Para hundirme más al fondo... para acabar con todo del todo.
Para escuchar tu voz una última vez... para ver tus ojos una vez más... tus ojos que evitan mirarme... porque duele ver una flor marchita ¿verdad? Duele ver cómo pierde el color porque dejamos de regarla. Duele ver cómo sus pétalos se encogen uno a uno y caen sin una gota de rocío ... Duele sentirnos culpables ¿eh?
Es un dolor horrible... Lo conozco, pero en ese instante soy incapaz de empatizar porque el dolor que ya siento ocupa todo mi ser.. Cada poro de mi piel impregnado del dolor de ser abandonado tras haber tocado el cielo con alas y sentir la caída y el impacto en el frío suelo..."


-Eh, oye chica, ¿te encuentras bien?¿te pasa algo?
-¿Eh? No... Nada... no se preocupe, gracias...
Un electricista que trabajaba en la calle fue el primero en fijarse en mis lágrimas... Quizá no esté tan sola después de todo...
Sin ti, pero sóla no...
Gracias

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