Todo el día resonando el eco de tu nombre en mi casa vacía, buscando tu mirada en los espejos, para ver cómo me abrazas por la espalda y me besas la mejilla.
Pero sólo me veo a mí. A mí, echándote de menos.
Y cuando por fin te tengo al otro lado, escuchando lo que digo, se me atoran las anécdotas en la garganta y no sé qué decir. No me vienen las palabras y me ahogo en las ganas de ti.
Breve conversación y de nuevo el silencio.
Colgar y recordar justo después todo lo que fui anotando para contarte cuando tuviera la oportunidad.
"Ah, sí. Que esta noche dormí abrazando muy fuerte los peluches que me regalaste. Muy, muy fuerte."
Ojalá hubiera podido cambiarte por los peluches.
Sentimientos transformados en palabras que fluyen como la sangre de las heridas. Sentimientos transformados en palabras que se deslizan silenciosos como lágrimas caídas. Sentimientos transformados en palabras que hacen al corazón palpitar, a los labios sonreír, a las manos temblar... Sentimientos transformados en palabras
La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío
En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre
En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku
~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem
No hay comentarios:
Publicar un comentario