La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








lunes, 27 de febrero de 2012

Ah si

Todo el día resonando el eco de tu nombre en mi casa vacía, buscando tu mirada en los espejos, para ver cómo me abrazas por la espalda y me besas la mejilla.
Pero sólo me veo a mí. A mí, echándote de menos.

Y cuando por fin te tengo al otro lado, escuchando lo que digo, se me atoran las anécdotas en la garganta y no sé qué decir. No me vienen las palabras y me ahogo en las ganas de ti.
Breve conversación y de nuevo el silencio.
Colgar y recordar justo después todo lo que fui anotando para contarte cuando tuviera la oportunidad.

"Ah, sí. Que esta noche dormí abrazando muy fuerte los peluches que me regalaste. Muy, muy fuerte."


Ojalá hubiera podido cambiarte por los peluches.

domingo, 26 de febrero de 2012

Todo encaja

Es sentirte lejos y a la vez tan cerca.
Sentir que todo vuelve a encajar, que todo vuelve a ser como lo necesito, en el lugar al que pertenece.
Las ganas de ti, a cada célula de mi piel, especialmente a las de mis labios.

Las estrellas, al cielo.
Quizá la prueba más fehaciente sea que las palabras vuelven a quedar plasmadas aquí, donde tu ya sabes.


Saber que muchos kilómetros más allá, hay una respiración que responde a la mía...

Todo está bien, donde debe estar.

Porque tú estás conmigo, y viceversa



domingo, 19 de febrero de 2012

14 de Febrero

Cuando me di cuenta, había pasado el 14 de febrero.
¿De qué lo llené este año?

De su nombre, claro. Como todos los días en esta primavera. Y de otras cosas. ¿De qué iba a llenarlo?

Me sorprendí al comprobar que no había sido la conmemoración de nada, ni una vela por los difuntos... No es que me hubiera negado a pronunciar sus nombres, es que ni si quiera los había recordado.

Creo que una herida se ha curado realmente cuando has olvidado dónde está la cicatriz.

Me sorprende la resiliencia humana.