La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
Rubén Darío

En aquel tiempo yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Juan Carlos Mestre

En esos momentos de encuentro
entre la luna que sale y el sol que entra
las rojas libélulas.
Haiku

~Yo escribo lírica con sonrisas, en prosa.~
Tempus fugit. Carpe Diem








jueves, 29 de septiembre de 2011

Te quiero

Simple y llanamente. 
No "te quiero, cielo" porque entonces estaría amando la cubierta celeste. 
No "te quiero, ángel" porque entonces estaría amando a una criatura fantástica. 
Ni "te quiero tesoro" ni "te quiero corazón". Yo no quiero a la avaricia ni a un órgano que palpita.

Es un verbo simple, sin complementos. Sin adverbios, ni mucho ni poco, ni tampoco demasiado.
No quiero adornar esa acción con pieles innecesarias. Reducirlo a su significado último (y primero). Sin sinónimos ni otras palabras que vengan a decir lo mismo sin decir nada, rodeando lo que de verdad es.
Desnudo, sin artificios elaborados, sin barroco, sin rococó, sin ornamentación en exuberante proporción. Sin nada que pueda esconder su plena esencia bajo tupidos velos de seda y terciopelo. Sin azúcar, sin sal, me gusta así.
Sin otra piel que un pronombre, suave sonido. Sin nombres propios, sin armaduras que nos encierren en un cuerpo. Olvidando la forma y manteniendo el fondo, insondable fondo de nuestra alma. Vivir en los pronombres, ¿verdad Salinas?

Entiendan este texto, por favor. Exprímanlo hasta quedar envueltos en su olor, que penetre y que cale hasta los huesos, que no se quede como se quedan inocuas las gotas de agua sobre un metal opaco.
Que esto no es una comparación. No es como un ángel, ni como el cielo, ni como tesoros o corazones. No es como. Pero tampoco es; tampoco es metáfora, no.

Eres tú, reducido a ti mismo. Y yo... 




miércoles, 28 de septiembre de 2011

Shark

Es esa mirada repugnada, esa voz que sabe tan amarga...
No sé cómo expresarlo dando rodeos, no sé cómo contarlo y que suene bonito...
Realmente parece que vaya a vivir con esa piedra en el zapato el resto de mi vida.

Los tiburones odian al delfín, "qué idiota que es; se cree el rey del océano".No es que el mamífero se sienta superior; es que los tiburones han olvidado que el delfín sabe que es sólo eso, un delfín.

¿Pero se atrevió alguien a acercarse y preguntarle al delfín por qué está solo?

Prefiero las libélulas porque sus alas no son vistosas como las de las mariposas, no tienen llamativos colores ni estampados. No me consideren mariposa.
...
Ni libélula. Ni tiburón. Ni delfín.
Soy yo, mírenme directamente a los ojos, ni arriba ni abajo de nada. 
Que yo sólo soy yo.


Dolió reconocer tiznas de tiburón también en su voz... 




Sé que podría ser cualquier otra y que simplemente esta vez me tocó a mí; es más, estoy acostumbrada a sentirme delfín... Pero no a que seas tú quien tiene los dientes afilados.

sábado, 24 de septiembre de 2011

forgive myself

En esa cabaña del jardín, sobre una colchoneta de piscina cutre, se estremecía de frío su cuerpo. Horas antes habría pagado por ir directamente a la cama, pero ahora su cama le parecía incluso más hostil que esa colchoneta polvorienta. Demasiado lúgubre, demasiado hostil, demasiado fría si él no la acompañaba aquella noche. Carámbanos de hielo que cristalizan en el interior de cada una de sus células.

Articulaba las palabras en su mente, mientras miraba el trozo de cielo que se abría paso entre los tablones de madera. Estaba cansada de ensuciar el suave y transparente corazón del chico con sus manos manchadas de quiensabequé sin malas intenciones. 

Quizá fue la noche abierta la que le trajo la solución, quizá fue el viento helado (que helaba hasta los suspiros) o quizá fueron todas esas lágrimas que bajaban ardiendo en rabia desde sus ojos derrotados. ¿Por qué aunque él le declarara y reclamara que no tenía mayor importancia ella seguía con ganas de esconderse del mundo? Ya había comprendido que los hechos no eran un vaso de agua en el que ahogarse. Y entonces ¿por qué?

¿Por qué? Porque no bastaba con tu perdón. Me hace falta perdonarme a mí misma. No es que tenga pánico a hechos concretos, es que tengo pánico a hacerte daño a ti, ahora que me he enamorado. 
Es frustración de ver las repeticiones una y otra vez, y es el pánico a que puedas cansarte de "los detalles sin importancia" 

Es un miedo horrible y no sé si tiene cura.

Sí = No

Esas ocasiones en las que sí significa no.
¿Estás bien?


viernes, 23 de septiembre de 2011

Amando y esperando

Y aquí estoy, deshojando segundos del reloj, como quien le arranca pétalos a las margaritas, esperando el momento en que vuelva a ver tu sonrisa.

Amándote, superficialmente, con cada poro de mi piel; 
profundamente, con cada célula de mi alma.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Bday party

Me abruma todo esto que empieza ahora. Vida adulta. Y a veces me ahogo entre papeles, de esos titulados con las palabras "ahora es tu responsabilidad"
Porque en realidad, sigo siendo esa niña que llora y se conmueve en sus fiestas de cumpleaños.

Siempre el mismo deseo.
Siempre un nuevo tesoro guardado.

martes, 13 de septiembre de 2011

Comprendí

Sé que él no es aquel ingrato. Que sus palabras no son las mismas. Que no son la misma persona.
Pero un corazón roto es un corazón roto, se encuentre en el pecho que se encuentre.
Y sus palabras me ayudaron a comprender uno de mis errores.
"Yo no puedo ser quien dé el palo y quien ponga la almohada. No puedo"

Hace mucho tiempo que no le dirijo palabras, pero supongo que me es imposible borrar nuestro pasado. Así que... Perdona que intentara que limpiaras las lágrimas que tú mismo provocaste.

Y odio volver una y otra vez a lo mismo, porque sé que estas palabras probablemente ni te llegarán. Ojalá fuera así. La verdad es que se nos quedaron tantas cosas por decir...
Todo esto no significa que vaya a pasarme la vida pidiéndote perdón por los errores que cometí. O por lo menos no te lo reconoceré a la cara (es por esto que escribo aquí). Porque hace ya mucho tiempo que dejé de esperar el más mínimo gesto de sentimiento por tu parte.

Me disculpo porque sé que las personas se merecen palabras. Pero también sé que se merecen reciprocidad.

Se rompieron

Los desamores, como los coleccionables por fascículos, se amontonan en los quioscos cuando llega Septiembre.
Y esta vez les ha llegado a ellos, y a ellos otros también.
"Eso fue hace 20 años... Y ahora, de nuevo. Por una tercera persona. Y yo no sé...No sé..."
"Que ya no estamos. Y en parte fue culpa mía y en parte, las circunstancias"
Ver cómo la inevitabilidad del destino se desliza entre sus dedos, sin poder hacer nada por cambiar la situación. Ver cómo se cuela hasta las profundidades, parasitando -entre los que creían fuertes- ladrillos que sostenían su  hogar.
Y no poder hacer nada... No poder hacer nada porque es cerebro quien rige, que corazón ni siquiera tiene palabras bonitas para decirle.

Ahora les ha tocado a ellos y soy yo la que sentada en mi sofá azul, sólo puede observar cómo todo se descompone en piezas minúsculas, vacías de alma. Vuelven a volar trozos por todas partes. Qué impotencia, esa de no poder evitar nada.

Sus palabras salían de su boca, pero yo sabía que provenían de mucho más adentro. De un lugar ahora en penumbras, donde sólo quedaban escombros. Sus manos temblaban y su mirada huía. Hablaba de "ella" y de otra "ella" Una nueva "ella" Y se me mezclaron los pronombres en el pecho. Por un lado rechazando, por otro lamentando, y más allá la echaba de menos, que más acá sé que tampoco es decisión  mía... Vaya embrollo...

Cuando ya no queda más de esto, cuando se borraron los sueños, el futuro, queda un espacio en blanco que hay que ir llenando poco a poco. Simplemente espero que todos se recompongan parte a parte, con todos sus trocitos.
Por fascículos, como las colecciones de Septiembre...

jueves, 8 de septiembre de 2011

Vístete

[...]
Más bien quise decir "vístete, si no estás vestida, o haz lo que tengas que hacer; que voy para allá."
Cerré los ojos y pude ver su sonrisa. Me hizo sonreír a mí también.
Colgué el teléfono y me eché a andar.

martes, 6 de septiembre de 2011

El Amor

Sí, he conocido al amor verdadero, a pesar de mi corta edad... O quizá debido a ella.
He comprendido por fin lo que significa amar... por fin... Amar...

No sé si es por mi escasa experiencia o por las pocas primaveras transcurridas en mi estrella... O puede que esto le pase igualmente al resto de los mortales, independientemente de su condición; pero ahora que por fin lo entiendo en todo su ser, ahora que por fin comprendo su tamaño... ahora, me siento abrumada.
¿Cómo definiría yo al amor? Es algo... grande, muy grande, realmente grande ¡Inmenso! Es... que tú y yo ya no somos tú y yo; somos nosotros. Es que nuestras vidas son, ahora, sólo una.

Cuando por fin descubres eso, comprendes el secreto del amor, sus dimensiones. ¿El secreto del amor? El secreto del amor es que no tiene extremos. Es, y mires donde mires, sigue siendo: ahí y allí también, incluso más lejos. Lo abarca todo, sin límites, como el universo, infinito. Lo curioso del amor es que no puedes conocerlo si no es sintiéndolo. ¡El gigantesco universo dentro de tu cuerpo, en continua expansión! Es así como el amor está presente dentro de todas las personas que tienen la suerte de amar: se expande más allá de sus propias lindes, ensancha y te hace grande, sin importar tu longitud o tu estatura.

Ahora que he descubierto sus intimidades más exclusivas, ahora que he desnudado con palabras a ese ser... ahora que conozco su esencia, me siento infinita yo también. Infinita y eterna en este instante.

Es eso, el amor. Más que una respiración acompasada, más que unos ojos reflejados en otros, más que tú y yo... Nosotros.

Un universo entero latiendo dentro.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Y pienso

Y pienso: Qué cojones estoy haciendo aquí y no con él.

Consecuencias de una discusión

Se sentó a escribir. Escribir sobre los problemas ajenos, porque los suyos se le enredaban en los dedos y le impedían toda acción que no fuera temblar. Y una vez hubo escrito sobre lágrimas que no eran las suyas, recordó todas las que había derramado minutos antes.

Que tú no tienes que darle explicaciones de nada a nadie.
Pero necesito que él me apruebe tal y como soy... y para ello debo ser transparente, como el agua.
Y aún así, había decidido desnudarse delante de él, mostrar su verdadera piel. Fue desvelando cada una de sus heridas, con recelo, con cuidado... cada una de las heridas que conformaban su enfermedad.Yacía desnuda, esperando su veredicto, esperando aceptación. Pero no fue así y dolió. Dolió porque pudo escuchar el rechazo directamente de la voz del muchacho: le desagradaron lo que ella había convertido ya en cicatrices. Dolió porque ella estaba orgullosa de haber pasado página, de mostrar que había decidido que la sangre ya no correría más por esas heridas... y sin embargo había abierto una nueva en la piel extraña.
Que la esperada aprobación se convirtió en un reproche. Y dolió tanto, tanto, que se quedó sin palabras.
Colgó el teléfono y se acurrucó, muerta de miedo, muerta de frío, muerta de soledad en aquella infinita cama.
Abrazada a un osito de peluche y envuelta en una manta, lloró y lloró hasta quedarse sin nada que llorar. En posición fetal, para dar la espalda a los recuerdos.

Desde aquella pequeña esquina de la cama, el resto del mundo parecía inmensamente grande. Y ella estaba demasiado sola. Se quedó observando la nada tanto tiempo, que pensó que dormía con los ojos abiertos. La diferencia era que esa vez no había soñado. 

Y pensó "Y qué cojones estoy haciendo aquí y no con él." Saltó de la cama, poniendo los pies en el suelo. Era ahora o nunca.





domingo, 4 de septiembre de 2011

Que está harta

Me senté a escribir. Escribir sobre los problemas ajenos, que los míos se me enredan en los dedos y me impiden toda acción que no sea temblar.
Recuerdo cómo se retorcía de dolor, cómo le ardían lágrimas encendidas de rabia, de cansancio, de hastío. Que está harta, que está cansada, que está harta, que está cansada, que está... que está viva y le duele, le quema respirar otro aire que no sea el suyo, que la agota no saber. Porque no sabe dónde está ella, o sí, pero duele reconocer que se esconde tras mentiras...
Vomitó mariposas de su estómago, muchas. Pero ambas sabemos que si vomita 2, aún le quedarán 8. Que si vomita 8, aún le quedarán 32. La impotencia de saber que , y con todo esto, la perdonará.
Y llora y se derrumba en mi regazo.
Y lloro y me derrumbo yo también, pero por dentro, para que no se vea. Que nadie se merece arder en la incertidumbre. Que termine, que el mundo sabe que terminará. Pero que termine ya.
Sus palabras se tornaban sollozos; sus sollozos, quejidos y sus quejidos, nudos en mi garganta. Tiemblo sólo de imaginar sus temblores cuando descubrió la mentira. ¿Cómo puede alguien ser tan infinitamente cobarde y causar tanto daño? Ella es fuerte pero es humana. Y no puedo evitar preguntarme por qué se tienen que poner a prueba sus límites.
"Lo sé.. lo sé... Cielo... te entiendo..." Besar sus lágrimas y perderme en su pelo. Que quiero y no puedo, que  no es mi vida, que mis palabras no deben interponerse en su camino, que ojalá no tuviera reparos en "ayudar", en impulsar que su infierno acabara. Pero ¿y con qué derecho yo debo...?
Que estoy harta, que estoy cansada, que estoy harta, que estoy cansada... de verte arder en tus propias lágrimas. Que te quiero y me/te/nos duele.

...Sería capaz de provocar otro diluvio universal con tal de apagar el fuego de tus heridas...
Pronto el cuento habrá terminado. Te lo prometo.
And even if you learn to struggle away... 
...doesn't mean you won't get caught again.